Cuando un artista vuelve a sus raíces, lo que ocurre sobre el escenario tiene una fuerza distinta. Así fue la noche del 31 de mayo en La Terraza Cultural, ubicada en la urbanización La Viña de Valencia, Carabobo, donde Gus puso el punto final a su gira Quizás incluso mañana tour. Un concierto íntimo y eufórico a la vez, que reunió música, recuerdos y una conexión genuina con su tierra.
La noche comenzó con el talento emergente de Daniela Carrizales, Dani Venz y Mada, quienes encendieron la tarima con temas como Amigas con disfraz, Ya no estaba y Año luz. Cada uno dejó su impronta en una audiencia que llegó dispuesta a dejarse llevar por las emociones.
Pasadas las 10:50 p.m., Gus apareció acompañado por su banda, arrancando con una secuencia de canciones que ya forman parte de la banda sonora emocional de muchos: Negra, Eterno resplandor, Una luz y Angelitos blancos. A lo largo del show, el cantautor compartió reflexiones sobre el amor, la nostalgia y los caminos recorridos, transformando cada pausa entre temas en un diálogo cercano con su público.
Uno de los momentos más esperados llegó cuando Yorghaki, productor y cómplice musical de Gus, subió sorpresivamente al escenario para interpretar juntos La ciudad, uno de sus éxitos más coreados. Luego, desempolvaron Pa que te rías, una joya que los fans más antiguos celebraron como un regalo inesperado.
La interpretación de París, su colaboración con Sebastián Yatra, marcó otro punto álgido. Gus pidió al público una ola de energía —“una bulla”— dedicada al artista colombiano, para que la sintiera desde cualquier rincón del planeta. Fue un instante colectivo de entusiasmo puro.
Este concierto en Valencia no fue un simple cierre: fue una celebración de lo que representa la música cuando nace desde lo íntimo. Gus concluyó con El jardinero, despidiéndose con emoción visible, dejando claro que esta gira fue apenas un capítulo de lo que está por venir.
Con paradas en España, México y Caracas, y una reciente colaboración con Álvaro Díaz en Madrid, el 2025 ha sido un año clave para la proyección internacional del artista. Su EP Y si se abren los cielos y el eco permanente de La ciudad confirman lo que los asistentes a La Terraza Cultural ya sabían: Gus canta desde el alma, y esa es su mayor fuerza.