Loewe convierte las cáscaras de naranja en tejidos de lujo
Loewe ha dado un paso audaz hacia una moda con conciencia, al transformar cáscaras de naranja en telas ligeras, funcionales y estéticamente impecables. La propuesta llega como parte de su colección de verano, elaborada en colaboración con Orange Fiber y Pyratex, dos nombres clave en la revolución textil basada en fibras naturales recicladas.
La idea es simple pero poderosa: tomar lo que normalmente termina como residuo y devolverlo al ciclo como materia prima de alta calidad. En este caso, hablamos de cáscaras de naranja procesadas por Pyratex, empresa madrileña especializada en I+D textil. A partir de estos desechos cítricos, la firma produce hilos con propiedades que van mucho más allá de lo estético: frescura al tacto, protección contra rayos UV, capacidad antibacteriana y regulación térmica.
El resultado es una serie de prendas livianas, transpirables, con un leve tono anaranjado que evoca el origen del material sin recurrir a artificios. Son piezas que respiran naturalidad y tecnología en partes iguales, perfectas para los días más calurosos y las nuevas formas de habitar la moda.
Esta innovación no es un guiño ocasional a la sostenibilidad, sino una apuesta real por la circularidad y por repensar cómo se produce, consume y se vive el lujo. Loewe convierte el descarte en diseño, el residuo en argumento y la fruta en posibilidad.
Con esta propuesta, la maison reafirma su lugar como una de las casas más influyentes del presente: una que no solo habla de moda, sino que también la moldea desde la raíz —o mejor dicho, desde la cáscara.