Cinco ediciones no se celebran todos los días. Y eso lo entendió bien Gina Shanell, modelo, empresaria y directora de Shanell Academy, quien realizó una nueva entrega de su Fashion Show con una pasarela repleta de ideas, talento emergente y emoción compartida. El Hotel Convención Boutique de Mérida volvió a ser el escenario que recibió a 17 diseñadores, cada uno con una visión distinta, pero con un mismo objetivo: demostrar que la moda hecha en Mérida tiene mucho que decir.
Uno de los momentos que abrió conversación fue la participación de Svegliati, la marca de Nathaly Nigro, que presentó una propuesta cargada de mensaje. Con piezas urbanas, siluetas estructuradas y una paleta colorida, la colección estuvo dirigida a los jóvenes que desean expresarse desde la fe, sin renunciar al estilo. ¿Es posible que una franela invite a convivir con Cristo? Esta colección dijo que sí.
Venesia apostó por lo artesanal con una propuesta hecha completamente en crochet. Prendas frescas, cuidadas al detalle, que despertaron ese deseo de volver a lo hecho a mano.
Luego, Yarit Pernía llevó su visión a un lugar más romántico: vestidos acompañados de boinas que evocaron la estética parisina sin caer en el cliché. Fue una invitación a mirar con otros ojos lo clásico.
Malev, en cambio, apostó por lo cotidiano. Piezas prácticas para mujeres que quieren verse bien sin sobrepensar el look. En esa misma línea, Zareth presentó conjuntos en tonos nude y pastel que combinaron el gusto por lo casual con un toque elegante.
La pasarela también se sumergió en lo esencial con Airö, que presentó una colección de trajes de baño inspirada en los cuatro elementos. Cada conjunto respondió a una energía: agua, fuego, tierra y aire, con colores que guiaron esa conexión entre la naturaleza y el cuerpo.
Street Style presentó franelas estampadas pensadas para el público masculino. Directas, gráficas, sin pretensiones: moda para usar sin complicaciones. En contraste, Magabyss apostó por una mujer versátil, que necesita moverse entre una jornada laboral y un evento nocturno. La funcionalidad se volvió un valor en su propuesta.
La irreverencia llegó con Black Monkey, la marca de lentes que decidió presentar su más reciente colección de accesorios en una puesta en escena rodeada de denim. Una propuesta que mezcló calle, actitud y autenticidad.
Otra marca que también apostó a los accesorios fue Cafre, con una colección de bolsos y morrales para toda la familia.
Dhaleina trajo a la pasarela vuelos, volúmenes y encajes en colores que sorprendieron. Lejos de buscar dramatismo, la propuesta se sintió femenina, ligera y bien balanceada. ¿Cuánto puede comunicar una silueta sin caer en exageraciones? Su colección nos ofreció una respuesta coherente.
Mariangel Sosa decidió marcar la figura con una colección basada en corsets y siluetas reloj de arena. Fue una oda a la sensualidad desde una mirada sofisticada, con prendas que abrazaban el cuerpo sin vulgaridad.
Gabriela Vivas optó por una paleta de verdes y naranjas, desplegando desde básicos para el día a día hasta vestidos con gran volumen. ¿Una propuesta para todos los estilos? Pareció que sí. Su colección fue una de las más completas de la noche.
El cierre estuvo en manos de Erika Franco, quien presentó su colección Rose, compuesta por vestidos de gala con cortes columna, diseñados para mujeres que buscan sofisticación con elegancia. Un cierre sereno, estilizado y preciso, que dio el broche final a una jornada extensa, pero bien hilada.
Con más de 500 asistentes, el Shanell Academy Fashion Show reafirmó que Mérida sigue siendo terreno fértil para la moda. Esta quinta edición no solo celebró la continuidad de un evento clave para el talento emergente, sino que volvió a demostrar que cuando hay visión, el diseño encuentra su lugar.