LOEWE y Fundación LOEWE redescubren a Dora Maar para PHotoESPAÑA 2025
Madrid acoge en 2025 una de las exposiciones más reveladoras del panorama fotográfico europeo. En el marco del festival PHotoESPAÑA, la casa de moda LOEWE y la Fundación LOEWE presentan un ambicioso proyecto expositivo dedicado a la enigmática y poderosa figura de Dora Maar, una de las voces más singulares de la fotografía y el arte del siglo XX. La muestra, comisariada por María Millán, podrá visitarse en el emblemático Museo Lázaro Galdiano de la capital española.
Lejos de limitarse a un repaso convencional por la carrera de la artista, la exposición propone una relectura profunda y matizada de la obra de Maar, revelando dimensiones menos conocidas de su universo creativo. A través de fotografías inéditas, retratos históricos y un valioso conjunto de dibujos privados, la muestra ofrece una visión poliédrica de una artista que fue mucho más que musa del surrealismo o pareja de Picasso.
Una fotógrafa adelantada a su tiempo
Nacida en París en 1907 con el nombre de Henriette Theodora Markovitch, Maar fue hija de padre croata y madre francesa. En los años veinte, irrumpió con fuerza en el mundo de la fotografía comercial y de moda, destacándose rápidamente por su dominio técnico y su espíritu vanguardista. Su obra temprana ya desafiaba las convenciones visuales del momento, incorporando técnicas como la solarización, la doble exposición, el fotomontaje y una iluminación teatral que anticipaba el lenguaje del surrealismo.
Pero más allá de la experimentación formal, Dora Maar fue una observadora aguda del mundo que la rodeaba. Esta sensibilidad se manifiesta especialmente en una serie de imágenes capturadas en Barcelona en 1933, durante un periodo de creciente tensión social y política. En estas instantáneas en blanco y negro —poco conocidas hasta ahora—, Maar fija su mirada en los márgenes: pescadores, cesteros, músicos ambulantes, prostitutas, mendigos y niños que habitan una ciudad al borde de la transformación.
Lejos de adoptar una postura voyeurista, la fotógrafa construye con su cámara una narrativa íntima, casi testimonial, de las desigualdades sociales de la época. Frente a las escenas estilizadas del centro burgués de la ciudad, Maar opta por reflejar la crudeza y dignidad de la vida cotidiana en los barrios populares. Sus imágenes interpelan al espectador con una pregunta implícita: ¿qué es lo que preferimos no ver?
Un archivo redescubierto: los dibujos de Dora Maar
Uno de los grandes atractivos de esta exposición es la inclusión, por primera vez en España, de una selección de dibujos personales de la artista, adquiridos en una subasta hace apenas cinco años. Realizados en cuadernos, hojas sueltas y diarios, estos bocetos —fechados entre los años treinta y cincuenta— nos adentran en una Dora Maar menos conocida, más introspectiva y libre.
Entre líneas de tinta china y trazos de grafito emergen paisajes fantásticos, estudios anatómicos, composiciones abstractas y motivos mitológicos. El conjunto revela una artista que no dejó de experimentar, incluso en sus momentos más reservados, y que encontró en el dibujo un espacio íntimo para explorar ideas al margen del canon fotográfico.
Retratos históricos y el ojo documental de una época convulsa
La exposición también recupera algunos de los retratos más notables de Maar, que incluyen a Jean Cocteau, Nadia Sibirskaïa y, por supuesto, Pablo Picasso, con quien mantuvo una relación tan intensa como compleja. De hecho, uno de los segmentos más impactantes de la muestra está dedicado a las fotografías que documentan el proceso de creación del Guernica en 1937, captando el avance del lienzo a lo largo de más de un mes de trabajo en el taller del artista malagueño. Estas imágenes no solo tienen un valor artístico, sino también histórico, al situar a Maar como testigo privilegiada de uno de los hitos del arte contemporáneo.
Sin embargo, la exposición se esfuerza por romper la narrativa reduccionista que durante años definió a Dora Maar únicamente como “la amante de Picasso” o “la musa del surrealismo”. El recorrido propuesto por la Fundación LOEWE reivindica su obra en sus propios términos: como fotógrafa comprometida, como artista plástica inquieta y como intelectual capaz de habitar distintas disciplinas sin renunciar a su singularidad.
Un homenaje necesario desde la contemporaneidad
Con esta propuesta, LOEWE y su Fundación consolidan su compromiso con la promoción de voces creativas que rompieron moldes en el siglo XX. En este caso, acercan al gran público el legado de una figura que, pese a los estereotipos y las sombras de la historia del arte, logró forjar un camino propio. Dora Maar emerge aquí como algo más que un nombre ilustre: como una fuerza creativa capaz de inspirar a nuevas generaciones de artistas y pensadores visuales.
La exposición, que estará abierta durante varios meses como parte del circuito oficial de PHotoESPAÑA 2025, invita a mirar de nuevo y con otros ojos a una creadora que vivió, trabajó y pensó a contracorriente.